Algunos investigadores no se contentan con seguir al rebaño. Todos, menos algún borrego, siguen los caminos inexplorados de la ciencia e incluso a veces se convierten en las ovejas negras de su profesión. Es el caso, por ejemplo, de Hiro Nakauchi, biólogo de la universidad de Standford, en Estados Unidos. Este científico temerario se propuso un reto que suscita tanto curiosidad como controversia: producir quimeras.Tal y como anunció durante una presentación en Austin, Texas, en el marco del encuentro anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, Hiro Nakauchi consiguió crear un embrión híbrido, que mezcla dos especies bien distintas: por un lado la oveja; y, la parte más sorprendente: un humano.Unas quimeras más tipo oveja que humano.Respaldado por sus compañeros, este investigador ya consiguió, hace algunos años, dar a luz a unas quimeras medio hombre-medio cerdo. Un primer "éxito" al que le sucede ahora un híbrido hombre-oveja. No obstante, se trata de un animal más cercano a lo ovino que a lo humano. Con más del 99% de células de oveja, la parte humana de este embrión manipulado en el laboratorio es mínimo. "La contribución de las células humanas, por ahora, es escasa. No tiene nada que ver con un cerdo con cara o cerebro humano. Sólo una de cada 10.000 células es humana", explicó Hiro Nakauchi.